domingo, 21 de febrero de 2010

Paro y obispos





Sin lugar a dudas en España percibimos en estos últimos tiempos un esperpéntico espectáculo que podríamos clasificar como casi circense, pues está siendo llevado a cabo tanto por gran parte de medios de comunicación, como por diversos voceros pro-gubernamentales, y cuyo único fin parece ser la de conseguir que cada día -tanto en los telediarios, en la prensa escrita, como en la radio y en la web- se situé una cabeza de turco católica para que la pisoteen los pies del populacho; Con ello no solo se busca distraer a las masas de la terrible y exasperante realidad económica y social que atravesamos, sino tambien señalar a un chivo expiatorio a quien culpar de todos los males que nos asolan, nos acechan, y nos sobrevendrán en estos duros años de crisis económica.

Ciertamente la historia viene de lejos, y el deporte nacional del “tiro al obispo”, era utilizado ya por 2003 cuando el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Don Antonio Maria Rouco Varela, era denunciado por “injurias” e “incitación a la discriminación por razón de orientación sexual“.

Y también por poner algun otro ejemplo en 2006 fue denunciado “por incitar a la exclusión de los homosexuales y por justificar la violencia de género”; Pero estas denuncias y situaciones esperpénticas tuvieron su punto álgido en 2008 cuando fue fustigado vergonzantemente mediante la publicación de las fotos semidesnudas, y los comentarios inmorales de una sobrina del prelado en una conocida revista pornográfica.

Pues bien, la actualidad ha superado con creces aquellas elucubraciones periodísticas, ya que si en aquellos años era fundamentalmente el Cardenal Rouco la cabeza de turco de todos los ataques laicistas, en los últimos meses parece que tanto el populacho, como las fieras mediáticas y políticas, piden más sangre en el circo español, y ya no son solo los Obispos los duramente atacados por los medios, sino también los laicos; Y para muestra asistimos hace algunos meses al linchamiento mediático en “El País”, del iniciador del Camino Neocatecumenal Kiko Arguello, y no hace muchos días al del Obispo de Granada Monseñor Martínez , para culminar con el “ametrallamiento” que está teniendo lugar estas últimas semanas con el nombramiento como Obispo de Monseñor Munilla, y con el linchamiento publico por la tergiversación de sus palabras al sacarlas fuera de contexto.

Ciertamente como es notorio en la España zapateril, los medios pro-gubernamentales han vuelto a poner de actualidad aquella vieja cita atribuida a Nerón que decía: “Al pueblo dale pan y circo”; Esta frase latina “Panem et circenses”, que tanto los emperadores romanos, como la mayoria de los gobernantes populistas de todas las épocas han puesto en boga en las más diversos momentos históricos, tienen su culmen en la progresia mediatica española que la ha transformado en “Panen et episcŏpus“

Recapitulando: En España del reparto del pan se está encargando el gobierno a pasos agigantados, creando cientos de miles de gargantas agradecidas, pues su torpeza para acometer la crisis económica está obligando a millones de españoles a vivir con un mendrugo de pan, que unos consiguen en el paro, otros del Per, otros del Plan E, y otros simplemente asistiendo a las manifestaciones sindicales, etc., y de todo eso le pediremos cuentas a este torpe gobierno en las próximas elecciones; Pero del circo mediatico los culpables son un grupo radical e inmoral de medios de comunicación, y a estos lamentablemente no podemos castigarlos en las urnas; Por ello quizá sea necesaria plantear una campaña social contra los medios que de modo artero e infame, acusen, difamen, o dilapiden a cualquier persona por intereses económicos o politicos, o por el simple rédito comercial, etc., y para ello bastaría con amenazarles con que una parte de la sociedad dejaremos de comprarlos, de leerlos, o de verlos, etc., y quizás así se serenen un poco, y dejen de colocar a cristianos inocentes frente a la fieras tanto políticas, como del circo mediatico español.

Para finalizar solo me queda corroborar como entre el generalisimo Franco, y el sonriente Zapatero, en términos de populismo no hay demasiada diferencia, pues el primero nos daba pan y futbol para distraernos, y el segundo aporta el paro, el per, el Plan E, y portadas de obispos para conformarnos.

Este dato nos permite comprobar que tanto entre los políticos que nos gobiernan, como entre la mayoría de los medios de comunicación, han cambiado algunos gustos, pero las maneras continuan siendo las mismas.

Andrés Marín de Pedro.

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