jueves, 25 de marzo de 2010

Bienaventurados los sindicatos, pues....





Bienaventurados los sindicatos, pues....



Los derechos fundamentales de los seres humanos han sido motivo de duros y dramáticos esfuerzos por parte de diversos sectores sociales a lo largo de la historia de la humanidad; Las sociedades han sufrido múltiples desgarros para lograr estos derechos, y millones de seres humanos han sufrido perdidas económicas, y graves sufrimientos físicos, que en muchos casos llegaron a la perdida de la propia vida.



Finalizado el Siglo XX y tras múltiples avances y retrocesos, nos encontramos con sorpresa que una parte mas o menos significativa de la sociedad, y fruto entre otras, de las diversas ideologías, tiene una nueva y trastocada percepción de estos derechos, y tal es así que diversos grupos políticos, sociales y económicos, esta intentando redefinir según su propia visión ideología o partidista, muchos de estos derechos que hasta este momento eran mayoritariamente aceptados, siendo reflejados en las Constituciones, y normas legales de los países avanzados, los llamados países democráticos.



Llegado a este punto, quisiera centrar la atención en la España del siglo XXI, un país que desde todos los ámbitos de la modernidad es considerado democrático; Pues bien, si ponemos el foco de la luz sobre la situación de los derechos humanos en España, podemos comprobar con sorpresa como estas nuevas percepciones del derecho han sido impuestas desde el gobierno socialista de modo, no diré totalitario, pero si, sin un mínimo de consenso social; Pero lo mas grave no ha sido el modo, sino que la nueva visión social de la legalidad, que no ha traído a los españoles la igualdad que tantos ansiaban, sino mayores y notorias desigualdades frente a la ley.



Para aportar pruebas sobre lo anteriormente citado, valdría con comprobar como Jueces como el Sr. Garzón se lanzan a dar derechos a los muertos de la Guerra Civil española si son de izquierdas, mientras se les niega este derecho a los muertos de derechas, en concreto, en Paracuellos del Jarama; Pero este, no es un hecho aislado; Existe una desigualdad notoria no solo de los individuos, sino en la legislación vigente, por ejemplo en la ley de violencia de genero, donde los hombres son tratados por adelantado como criminales, por la sola palabra de su mujer y encerrados en la cárcel, mientras se sobresee a las mujeres de toda culpa, si son acusadas por su cónyuge; Así también se están dando desigualdades notorias entre los propios parados, pues mientras unos seguirán cobrando los cuatrocientos euros, los que fueron despedidos de sus empresas tan solo un mes antes, hace ya tiempo que subsisten gracias Caritas u otras organizaciones benéficas; Tampoco los niños tienen todos los mismos derechos, pues si quedas huérfano, a la hora de ser adoptado puede ser que no tengas un padre y una madre, sino que quizás te toque tener dos padres o dos madres; Sin lugar a dudas tampoco son iguales los alumnos que han objetado a la Epc, que los que no lo han hecho, pues estos están siendo acosados no solo desde el gobierno, sino desde los propios centros educativos por directores y jefes de estudios, etc., mientras que si un joven solicita un cambio de sexo, el gobierno se lo realiza y se lo paga.



Pero existe un grupo social que esta siendo dramáticamente olvidado en esta legislatura, y al que no se le reconoce ningún derecho, ni ayuda mientras este en su estado; Me refiero a las mujeres embarazadas, a las que desde el Gobierno y fundamentalmente desde el Ministerio de Igualdad, se las esta despreciando, respecto por ejemplo a las mujeres que deciden abortar, pues a estas se les ofrece no solo un amplio apoyo gubernamental, y todo tipo de ayudas económicas, terapéuticas, sociales, etc., sino que por tomar la decisión de continuar con el embarazo y dar a luz, se las trata como seres atrasados a los que no les corresponde ni el apoyo social, ni la ayuda económica, ni tan siquiera el mínimo atención publica; Mientras tanto desde el gobierno se culpa a la curva de la pirámide de población, es decir a la falta de población joven de los problemas económicos que nos aquejan en la actualidad; Pero comparemos a las embarazadas con otros grupos sociales, y realidades para percibir mejor la desigualdad manifiesta: se ayuda a los parados y ahora también a los de larga duración, a lo homosexuales, a los emigrantes, incluso a los animales, a los sindicatos, a los que solicitan el cambio de sexo, se subvenciona la rehabilitación de los monumentos, se realiza un Plan E, y como se gasto poco, ahora un Plan Z donde se destinas miles de millones, o para colmo se subvenciona a los artistas de la ceja, etc.



Sin embargo cuando una mujer queda embarazada, se convierte para el gobierno en algo menos que un animal, en algo menos que cualquier cuadro, o que los propios caballitos de mar, pues mientras muchos de los primeros disponen de ayudas económicas para evitar su extinción, los segundos disponen de subvenciones para su limpieza y mantenimiento, y los caballitos de becas y ayudas para su estudio y conservación; Pues bien, a las mujeres embarazadas se las deja en el mayor de los olvidos; Pasan por tanto a ser desiguales ante la ley frente a otros colectivos y elementos que son cuidadosamente cuidados, subvencionados, y tratados con todo tipo de ayudas y protecciónes.



Tan dramática es la situación de estas mujeres, que una de ellas, con su marido en el paro, me decía con tristeza: Ojala fuera yo un caballito de mar, o de un sindicato; Y ciertamente tiene mucha razón pues en esta España, la desigualdad es el cimiento básico sobre el que se apoya la nueva religión feminista y radical que nos ha traído el socialismo, y entre sus dogmas mas preciados quisiera destacar este:

“Bienaventurados los sindicatos, pues en sus manos esta el futuro del Reino de España”.



Andrés Marín de Pedro.
Foto tomada de blogs.que.es