domingo, 6 de diciembre de 2009

La tolerante intolerancia laica.





La tolerante intolerancia laica.

A muchos ciudadanos con un cierto criterio religioso, les resulta particularmente doloroso contemplar como una parte de la sociedad ha sido capaz de renegar, no solo de su historia cristiana, -despreciando y olvidando la multitud de acontecimientos históricos que la han constituido como tal, queriendo eliminarlos, incluso retirándolos de las fachadas de los edificios, etc., – sino también sus bellas tradiciones: como por ejemplo lo acontecido con el Día de todos los Santos, llamado ahora halloween, -aunque podrían ponerle día de las calabazas, pues quedaría más estudiantil-, o por ejemplo de la Navidad a la que en breve llamaremos “fiestas de invierno”, etc.,; También ven con preocupación fundamentalmente la erradicación de una fe, un espíritu, y unos valores, que han dado su ser intrínseco, y la fuerza necesaria a una Europa en momentos de decrepitud, y que a lo largo de los más diversos momentos históricos habría quedado reducida a unas pocas cenizas de no ser por ella, ya por medios tan retrógrados como el Islam, tan violentos como el comunismo, o tan insolidarios como el propio liberalismo, entre otros.

Finalmente a través de una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos muchos ciudadanos somos testigos absortos de la última batalla del cristianismo, ese que tantos demonios ha conseguido desenmascarar y vencer a lo largo de la historia, pues gracias a él se ha logrado librar a millones de seres humanos de represiones tan graves como la que se viven aun en la actualidad en muchos países islámicos, o de las imposiciones como la que se dan en los países de corte comunista, o las consecuencias del liberalismo salvaje, que lamentablemente aun campa en algunos países llamados avanzados

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Pues bien, este hecho ha tenido lugar gracias a la gran propagación durante el pasado siglo XX de un nuevo dios que andaba oculto entre la sociedad, y al que quizás los cristianos no hemos sabido, o no hemos podido denunciar y desenmascarar; Me refiero al nuevo dios de gran parta de la sociedades democráticas, el llamado Dios laico; Ese que escondido tras la libertad individual, y bajo la bandera de la no imposición, ha ido creando anónimos adeptos, consiguiendo inculcar el odio a todo lo religioso en las mentes y cuerpos de todos ellos , y realizado este trabajo tan sutilmente, que parece no solo lógico, sino razonable para cualquier mente europea que se retiren de los sitios públicos todos signos religiosos, porque pueden desagradar o molestar a algún ciudadano, dado que suponen algo particular, y de este modo tan razonable han conseguido imponer el criterio de la laicidad como el único válido y verdadero, por cierto tan indiscutiblemente “particularista”, como el criterio cristiano de si ponerlo, pero incontestablemente mucho más intolerante y totalmente ahistórico.

Con ello han logrado que se retire de las clases -y ahora si me permito ironizar y desbarrar-, un impresionante símbolo maligno y dañino, una cruz perversa y malvada, una imagen retrograda que ofende a muchos, que insulta a los que la miran, que persigue a todos, y que solo habla de odio y rencor, y a la que la mayoría social, todos los laicos, sin contar muchos creyentes cristianos de izquierdas, incluso los musulmanes e hindúes, tildan de asesina, criminal, e insoportable símbolo de radicalidad, culpable de todo lo malo que ha sucedido en España y en el mundo, además de todas las guerras, incluidas las mundiales, la del golfo, la de Afganistán, etc., ese símbolo del mal, la antidemocrática, la perversa cruz de Cristo.


Pues bien, estos nuevos individuos laicistas, que como decía han aparecido en la sociedades occidentales a lo largo del siglo XX, y son los denominados socialmente como los “ciudadanos tolerantes”, no solo atacan a Dios y a los cristianos en los autobuses, sino que van con su tolerante intolerancia laica eliminando todo lo cristiano de los lugares públicos: las fiestas religiosas, las tradiciones religiosas, eliminando la asignatura de religión, los signos religiosos, imponiendo igualdad de todos los credos religiosos ya sean religiones, sectas, o desvaríos de algún paranoico, etc., todo es igual, es decir todas las religiones, con las cristianas incluidas son basura, no aportan nada, y hay que vaciarlas primero, y limpiar la bolsa social después.

Pero vayamos a su finalidad, pues su única meta es la eliminación total de todo lo religioso, y para ello el primer paso es la erradicación la religión de todo lugar público, el segundo sin lugar a dudas será la eliminación como sectarios de todos los cristianos, y seguidamente de los musulmanes, hindúes y cualquier otra religión, porque todo hombre religioso es considerado ya por gran parte de la sociedad,-gracias a la expansión social de la tolerante intolerancia laica-, como un anticuado, un retrogrado, un fascista, un inculto, un ser de otra época, un irracional, uno que vive de fantasías , uno que cree en leyendas, un atrasado e inadaptado social que ve poca televisión, etc.; Por tanto, digno de ser erradicado de la sociedad.

Pero lo más patético es contemplar como toda esta persecución se está realizando bajo el auspicio de la tolerancia, del respeto a la libre conciencia, y como fruto de la libertad, y de la democracia; Bonitas banderas para que conseguir que vuelva a arder Roma.

Por todo ello, yo hoy afirmo que estos “nuevos tolerantes” tienen un padre espiritual al que seguramente desconocen, y por ello me permito presentarlo en sociedad: Se llamaba Nerón.
Ciertamente los nuevos ateos son sus discípulos más avanzados, son los nuevos nerones, pues para construir una nueva sociedad, han tomado la drástica decisión de quemarla hasta sus cimientos, y para ello no les queda más remedio que destruir la cultura cristiana, y seguidamente eliminaran a los cristianos por intolerantes, culpándoles lógicamente de todas las desgracias sociales, pero claro, la historia nunca se repetirá; ¿no?

Andrés Marín de Pedro

Foto.- Cruz Blanca de Marc Chagall.

Otros artículos del autor sobre el tema en : Un buen eslogan con E , Un peligroso y desconocido asesino anda suelto.

3 comentarios:

Chichipio dijo...

Es curioso porque la única parte razonable de todo ese mamotreto es en la que decís que vas a ironizar.

Así que la publicidad en un bus (paga por dineros voluntarios) te parece un ataque, y que desde los espacios públicos se haga publicidad gratuita a los símbolos de una religión te parece inofensivo?
Católicos de tu tipo son impresentables, pero afortunadamente la gente cada vez hace menos caso a los tipos como vos.

Saludos

Andrés Marín de Pedro dijo...

Estimado Chichipio:

Lamento que no sea usted capaz de razonar, pues pague quien pague que lesionen a alguien, siempre estará mal; Aclarado este punto, creo que desconoce usted que los espacios públicos pertenecen al público y no al gobierno y si una mayoría social quiere tener símbolos religiosos, un gobierno democrático debe satisfacer esa demanda social.

Lamento que se exprese usted insultando, lo cual demuestra que el único impresentable es usted; Y para su información si sigue usted hablando así cada día los que serán menos serán ustedes: los anti-theos.

Le deseo la Paz de Xto.

Andrés Marín de Pedro.

Natalia Horneros Guillén dijo...

Su artículo me ha parecido una maravilla. Ya está bien de tanta tontería. Actualmente estudio historia en la universidad y se puede imaginar cómo ponen al cristianismo algunos profesores socialistas y comunistas. Artículos como este se tendrían que proclamar en voz alta y a menudo para que la gente despierte. Que Dios le bendiga.