sábado, 31 de octubre de 2009

La autoridad, pilar de la construcción humana.




Recuerdo con cariño las clases de “Historia de las religiones” que los jóvenes recibíamos en los Institutos, y que nos permitían conocer las diversas culturas nacidas del fenómeno religioso, y valorar la incidencia positiva y negativa de los valores y creencias en la historia de la humanidad, y de este modo conocer mejor la sociedad en la que vivíamos; corrían entonces los años setenta y tantos, y la formación de los españoles era reconocida y valorada en toda Europa como una de las mejores, no solo por sus contenidos, o métodos de formación, sino también por los valores que se trasmitían en todas las asignaturas, y que hacían de la mayoría de los españolitos, gentes solidarias, rigurosas, ordenadas, honradas, etc., pero fundamentalmente obedientes, y como consecuencia muy esforzadas.

Treinta años después, -al tiempo que ha progresado la sociedad hacia la modernidad cibernética, y los avances en el orden de la ciencia, el desarrollo humano, y el conocimiento, posibilitan un acceso sin fronteras a la cultura-, los estudiantes españoles han pasado a ser los peor valorados de Europa en la mayoría de las asignaturas, y es notorio que cada nueva reforma, cada nuevo ministro, y cada nuevo programa de estudios, ha tenido como consecuencia un descenso progresivo del nivel cultural de los jóvenes españoles.

Tal es así que hoy la situación educativa española roza lo dramático, y las aulas no son ya lugares para la formación humana, sino jaulas para tener encerrados, y aguantar el máximo tiempo posible a una mayoría de jóvenes, que sin ningún tipo de valores. ni proyecto, campa a sus anchas por los Institutos.

Parece ser que el único interés gubernamental es que varios cientos de miles de estudiantes no pasen a engrosar de un modo rápido el dramático numero de los parados, lo que seria una losa aun más gravosa para el gobierno que el fracaso educativo; Lamentable, pero cierto.
Aunque los motivos de esta realidad son múltiples y variados, y este articulo no podría ni tan siquiera citarlos todos, y menos aun darles una solución, si creo imprescindible hoy poner sobre la mesa la falta de autoridad del profesorado, como una de las principales causas del deterioro educativo, y frente a ella, la noticia que en estos días saltaba a los medios desde la Comunidad Autónoma Madrileña, y es que se ha dado un paso a mi parecer muy importante al dar el nombramiento de “autoridad” a los profesores; Este hecho que pasara sin importancia por la mayoría de los medios de comunicación, ayudara a recuperar el control de los educadores sobre los alumnos que hace ya muchos años habían perdido, y les permitirá restaurar el orden natural y lógico de la enseñanza: el profesor enseña y ostenta la autoridad, y los alumnos aprenden y obedecen sus directrices.


Pero el problema educativo es mucho más profundo, hoy todos los roles de la sociedad están trastocados: las familias se descomponen, las mujeres en muchos casos a consecuencia de los divorcios se ven abocadas a ejercer la autoridad que ostentaba el padre, y en la mayoría de los casos sin demasiado éxito; Además, la cultura impuesta desde la izquierda que afirma que todos somos iguales, somos colegas, etc., hace pensar a los jóvenes que tienen la misma, o más autoridad que un padre de familia, su abuelo, o un Doctor en Derecho, etc., porque aquí somos todos iguales, situando a los jóvenes frente a una realidad dramática, que les pasara factura a lo largo de su vida, pues nadie les enseño que existe la autoridad, y por tanto no han aprendido a obedecer a nadie; Ciertamente son muy libres, tienen muchos derechos, pero nadie les enseño las obligaciones, nadie les dijo que no tiene las mismas consecuencias en la vida el estudiar cinco horas diarias, que el pasearse por la calle todo el día, pero lo más grave es que nadie les enseño que es necesario dar el paso de cada día, y que sin ese pequeño paso diario no existe el futuro, pues la larga caminata de la formación, comienza con el paso de la obediencia; Sin él, toda la formación quedara en agua de borraja.

Finalmente quiero hacer notar, que también S.M. Juan Carlos I ha afirmado la conveniencia de un acuerdo educativo de los partidos mayoritarios, basado en datos independientes que haga de la educación en España, la base de una nueva sociedad; Para ello, y haciendo un símil, al igual que en la construcción de una casa son imprescindibles unos fuertes cimientos , para la construcción de la persona los cimientos pasan por el principio de autoridad a todos los niveles de la sociedad, y fundamentalmente en enseñar a los niños y jóvenes el valor de la obediencia, -palabras prohibidas por la progresia española-, y que son sin duda la piedra angular de una educación de calidad…., pero sobretodo son las claves del éxito en una sociedad con futuro.


Andrés Marín de Pedro.
Foto.- El carnaval del arlequin, Joan Miró.

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