sábado, 4 de abril de 2009

Tras perder la fe, mataran a la razón.




Tras perder la fe, mataran a la razón.


A lo largo de la historia de la humanidad las religiones han presentado a la sociedad una visión diversa del mundo; Pero si hay algo que las une, es que todas ellas han expresado y mantenido la existencia de lugares, cosas, actitudes, o personas sagradas; Y esto frente a un mundo ateo para el que todo tiene un valor relativo, es decir, el que en cada momento y grupo social quiera darle, tanto a los lugares, como a las cosas, actitudes e incluso a las mismas personas.
Estos dos mundos el religioso y el ateo han convivido desde la aparición del hombre en la tierra con sus dispares visiones de la realidad, pero no solo se han complementado y ayudado, pues gracias a su interrelación, el hombre de hoy es quien es, ya que sin esta interconexión constante, con avances y retrocesos, no tendrían sentido no solo la historia de la humanidad, sino el mundo tal y como hoy lo conocemos.


Si bien es cierto que todas las religiones han cometido múltiples errores e incluso aberraciones, hay que dejar claro que contempladas por los ojos y la mentalidad actual conducen a que el juicio sobre sus acciones no solo sea parcial, sino fundamentalmente irreal e injusto, pues juzgar por ejemplo a “La Inquisición” y sus actos, sin englobarla dentro del feudalismo y de una sociedad medieval, sería como juzgar la existencia del los “Gulag”, sin englobarlos dentro de la Europa industrial del siglo XX , y la aparición de las ideologías fascistas y marxistas.


A pesar de los muchos, e incluso graves errores que se han perpetrado a lo largo de la historia por el hecho religioso, seria no solo torpe, sino estulto no valorar como muy positiva la existencia de las religiones, y su aportación, no solo en el sentido cultural, político, económico, social, idiomático, científico, e incluso numérico, -millones de hombres no existirían en la actualidad si las religiones no hubieran apoyado, y promovido la actividad engendradora humana,- o festivos,-trabajaríamos hasta los domingos,- que han permitido a la sociedad ser lo que es en la actualidad: Un mundo donde se lucha por la democracia, la libertad, el derecho, y otros muchos valores humanos.


Sin embargo, en estos últimos años en todo el mundo se está dando un proceso diverso; Estamos asistiendo a la persecución de lo religioso, y este hecho se está llevando a cabo de un modo muy especial en España; En la actualidad estamos asistiendo a un ataque feroz y desaforado contra todo lo religioso, tachándolo no solo de antiguo y retrogrado, sino de anti-democrático, e incluso está siendo citado como pérfido y ruin; Si bien es cierto que esta difamación publica del hecho religioso se está llevando a cabo desde posiciones fundamentalmente de izquierdas, y particularmente desde las filas de la masonería, no por ello deja de ser denostable esta actitud, así como la intención de llevar obligatoriamente a la sociedad a una nueva realidad irreligiosa y anti-tea, y todo esto por medio de leyes totalitarias como la legalización del aborto libre, la obligatoriedad de la Epc, etc.


Este proceso tiene sin lugar a dudas un fin claro,-no solo separar la fe y la razón que durante miles de años han convivido juntas, y aportado tanto a la sociedad,- sino destruir toda religión, y por lo tanto a todo lo sagrado, ya sean lugares, cosas, actitudes, o personas; Creen los perseguidores que al abandonar el hombre a Dios, al arrancar a Dios de la sociedad, se producira un avance que traerá la prosperidad y el bien a la sociedad del futuro, sin valorar que tras matar a Dios, ya nada impide dar el siguiente paso, es decir, eliminar al hombre; Este es un hecho tan real a lo largo de la historia de la humanidad que hasta en el Génesis lo narran de modo muy claro: Tras abandonar a Dios Adán y Eva y ser expulsados del paraíso, se produce el siguiente hecho: Caín mata a su hermano Abel; Pues esto es lo que está sucediendo en nuestra sociedad, al legalizar la muerte a Dios, y con el de todo lo sagrado, comienzan a legalizar la muerte de los seres humanos, y así aparece el aborto, la eutanasia, etc., porque al morir Dios, desaparece la misericordia y el perdón, y con ello se relativiza también la dignidad humana: ¿Un feto es acaso un hombre?; ¿Un viejo, o un enfermo es tal vez un hombre?, se pregunta hoy nuestra enferma sociedad.


Por todo esto, hoy más que nunca es necesario que todos los hombres de buena voluntad, religiosos o ateos, agnósticos, socialistas o liberales, valoren y sean conscientes de que al permitir la destrucción de la fe, estan minando también la razón, al matar el alma, matan también el cuerpo, al asesinar el espíritu, muere también la carne, al matar el arte, erradicaran también la ciencia, y por tanto impidan que este gobierno perpetre la eliminación de la realidad religiosa, porque con ella eliminaran también en gran medida la realidad humana; Pues tras perder la fe, mataran a la razón.


Andrés Marín de Pedro.

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